Por Raúl Edgar Ortego–
Reintroduzco el tema reiterando algunos conceptos de la nota precedente. Agradezco a la fuente https://www.significados.com/zona-de-confort/ ideas que edité para mi acervo. El concepto Zona de Confort derivaría de la expresión popular estadounidense “out of my confort zone”, del primer cuarto del siglo XX, refiriendo imposibilidad de asumir un cargo, o realizar una tarea, “fuera de mi zona de confort”. La Zona de Confort correspondería a un “lugar” mental virtual, o “estado” emocional, en que no hay sensación de riesgo, cn realidad, lo que no habría serían contigencias, ni necesidad de aprender, o tener habilidades de resiliencia. Zona de Confort psicológica sería el estado / lugar mental recomendado para controlar – evitar situaciones de estrés. El “coaching”, al contrario, considera la Zona de Confort como un lugar / estado mental restrictivo; un conjunto de conceptos – “convicciones”, actitudes, y procederes (hábitos, rutinas), que limitan la posibilidad de desarrollarse.
Me planteé en la nota precedente si “¿Consolidar una Zona de Confort propia es deseable, recomendable… o una instancia a superar?”. Escribí que mi respuesta más honesta, intelectualmente, sería un simple “no sé”, y que la más genérica debería comenzar con el clásico “depende…”. Manifesté creer que todas las personas tienen, o aspiran a tener, una Zona de Confort, pero que un tema diferente es ser consciente de ello, o tener definido el estado mental – emocional correspondiente.
Quizás una manera práctica de saber si conviene replantearse la propia Zona de Confort, es decir el conjunto de “convicciones”, actitudes consolidadas, y procederes habituales, sea respondiéndose simples preguntas sobre el prójimo, porque expresan el grado de satisfacción conque se está existiendo. Por ejemplo: ¿Considera que está rodeado de imbéciles, y/o mala gente? ¿Va por la vida con una lámpara encendida, en pleno día, buscando un hombre honesto, a la manera de Diógenes? ¿Considera que el hombre es irrecuperable, es decir, está decepcionado con la naturaleza del hombre? ¿Se incluye a sí mismo en esa decepción? ¿Descuenta la existencia de conspiraciones por doquier? ¿Atribuye las dificultades propias y ajenas a la maldad humana? ¿Vive proclamando, pero sobre todo, sintiendo, que “todo tiempo pasado fue mejor”? ¿Cree que la solución de dificultades vigentes pasa por destruir, eliminar, al menos “neutralizar”, a los “malos”? ¿Considera que las organizaciones políticas – sociales – económicas vigentes han sido diseñadas por mala gente que desea perjudicar a las mayorías? ¿Cree que la felicidad humana, individual, y/o colectiva, resultará de aplicar alguna organización política – social – económica diseñada por gente lúcida, pero bien intencionada? ¿Adhiere a alguna receta ad hoc? También creo que pueden ayudar algunas preguntas concretas sobre la calidad existencial; por ejemplo: ¿Se aburre rápido de situaciones, cosas, y/o personas? ¿Su ataraxia no depende de usted mismo? ¿Su ataraxia depende de personas, circunstancias, y/o cosas, extrañas, al menos, que usted no maneja? ¿Qué planes, proyectos, ilusiones, factibles, tiene actualmente en desarrollo? ¿Su existencia consiste en despertarse, levantarse, y esperar que se haga la hora de acostarse nuevamente?, y tantas otras…
Qué esperar de un replanteo de la propia Zona de Confort? Yo sugeriría comenzar evitando poner el foco en eventuales expectativas; no esperaría nada, procuraría dedicar el tiempo a hacer, y/o pensar, actividades placenteras… tanto para sí, como para el prójimo. ¿Convertirse al “epicureísmo”? Quizás, en alguna medida, porque debería estarse plenamente consciente de que los placeres que sustentan la ataraxia trascienden a las percepciones sensoriales; son íntimos, pueden ser sine materia, y también provenir de hacer por / para el bien ajeno, ¡trascenderse a sí mismo!
Dejo por hoy, no sé si retomaré el tema, quizás si alguien me ayuda intercambiando ideas.